[Tu Mentira]

Te escondiste detrás de un rostro que no era el tuyo, detrás de un cuerpo que no te pertenecía.
De tu boca florecían aleluyas y bendiciones mientras me observabas, agazapado y al acecho, a través de tu perverso y negro antifaz.
Me desnudabas frenéticamente acariciando mi piel con tu mentirosa lengua llena de espinas mientras alargabas tus seductores y benévolos tentáculos y lamías mis heridas desde tu triste clandestinidad.
Siempre supiste que yo vibraba en carne viva.
Siempre supiste que yo era vulnerable al amor.
Mientras vos me veías, yo no podía verte.
Y aún así seguiste adelante.
Y aún así lanzaste el veneno de tu flecha.
Y aún así te enredaste en mi historia y supiste cómo sostener la venda frente a mis ojos.
Y supiste cómo postergar lo inevitable diluyendo el tiempo en el tiempo y arrastrándome a la injusticia de tu juego mientras me ocultabas tu retorcida realidad.
Porque el que miente siempre pierde al exponer la intensidad de su miedo.
Porque el que miente no puede sostener su identidad.
Y, paradójicamente, tu laberinto sin salida me fue guiando lentamente hacia mi luz.
Y es en mi luz desde donde soy espectadora de tu crueldad.
Si el otro es un espejo, vos me mostraste mis mas oscuras miserias.
Si el otro siempre es un maestro, vos me enseñaste el camino hacia mi amor.
Todo es perfecto.
Tu mentira.
Mis preguntas.
Mi camino.
Tu verdad.


[Dedicado a quien sea que se esconda detrás de Javier]









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