Ir al contenido principal

Entradas

Destacados

El Muelle

Aún podía recordar, con claridad, la sensación de humedad que desprendían las olas del mar del eterno mes de enero, que inundaba el aire de la cocina de sus sosegadas mañanas de inocencia infantil. Si cerraba los ojos, y casi sin esfuerzo, era también capaz de percibir los nostálgicos colores del atardecer, que la acunaban mientras se perdía en el laberíntico deambular de las trampas que tejía su mente adolescente.   Su muelle contaba con treinta y una tablas de madera, curtidas por el sol abrasador de los abúlicos mediodías pasados bajo la sombra de las acacias   y esculpidas por el implacable paso de la sal del mar. Treinta y una. Treinta y una tablas de madera. Como los largos e idénticos días estivales del monótono y redentor mes de enero. Para el ojo chato de todo aquel observador sin vuelo, las tablas podían parecer idénticas. Sólo unos pocos poseían el sagrado don de percibir que cada una de esas treinta y una tablas de madera era única e irrepetible. Su padre h

Entradas más recientes

[Musa]

[Besos]

[Desbarrancando]

[Tu Mentira]

[Reflexiones de un Domingo Lluvioso]

[Volver a Empezar]

[La Pérdida]

[Ver]

[Qué es el Amor?]

[De Cómo Solía Amar]