[Ese Instante]

Cuando la manifestación de mi deseo se hizo tan evidente que ya me era imposible ignorarlo, tuve la certeza que algo debía hacer.
Entre la confusión y la claridad hay una línea invisible que, si lo permitimos, nos va guiando en la dirección correcta.
Fue confiar en mis instintos y dejarme guiar.
Era, extremadamente obvio que, si deseaba resultados distintos, yo no podía ser la misma. 
Actuar de manera diferente parecía ser un buen comienzo.
Salir del encierro y la seguridad de mi madriguera para conectar con el mundo masculino luego de años de confinamiento era un primer gran paso. 
Volver al ruedo.
Comenzar de nuevo.
Volver a confiar en ellos.
Empezar a confiar en mi.
Pecho en alto, frente erguida y muerta de miedo, así salí a enfrentar mi destino.

Prueba y error.
Para darme cuenta que el silencio del otro seguía convirtiéndose en mi doloroso silencio.
Prueba y error.
Para ser consciente cómo mi propio camino seguía desdibujándose en el camino compartido.
Prueba y error.
Para repetirme en loop que, tal vez en mi próxima reencarnación, esas ajenas historias de amor podían ser las mías.

Por qué nadie me ve?!!! Si soy tan hermosa y tan perfecta y tan reemplazable!!!

Prueba y error.
Y aún así seguir adelante movida por mi profundo deseo.
Y aún así seguir adelante movida por mis ansias de aprender(me).

Entonces, una mañana cualquiera, despertás como de costumbre, desayunás como de costumbre, almorzás (e incluso cenás) como de costumbre, aunque todo tu mundo ya no sea el de costumbre. 

Porque una mañana (o una noche) cualquiera podés conocerlo a él.
Porque conocerlo (a él) hizo volar por los aires la certeza, casi absoluta, que, en esta vida, la intensidad y la conexión emocional eran experiencias completamente vedadas para mí.
Porque nuestra magia sólo la comprendimos nosotros.
Porque nuestros caminos, inevitablemente, debían encontrarse.
Porque yo, inexorablemente, debía conocerlo para poder creer (y crecer).

Prueba y error.
Para darme cuenta que el amor real es posible.
Prueba y error.
Para entender que a través de sus ojos pude mirarme de nuevo.
Prueba y error.
Para honrar lo compartido y celebrar lo que vendrá.

Y aunque deba errar cien veces más, seguiré probando igual cantidad de veces.

Porque rendirse no es una opción (para mi).
Porque, cualquier día, cualquier hora, cualquier minuto puede ser ESE instante en el cual tu vida se transforma, maravillosamente, en un antes y un después y para siempre.






Comentarios

  1. muy cierto pero tan tan taaaaaaan dificil de transitar. Difícil, y aún más

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy difícil transitar ciertos momentos, pero tan necesario y liberador hacerlo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares