Ella [Redención]

[Redención] 

Remedio, recurso, refugio

La sorpresa de saber que estabas en camino fue un inesperado regalo de Navidad.

La fuerza de la vida.

Un milagro.

Mi milagro.

Sólo procesando mi realidad de esa manera, podía hacer que todo adquiriera algo de sentido.

Porque todo estaba sucediendo de nuevo. 

Una vez más.

Los te quiero. Los silencios. Los adioses. 

Los encuentros esporádicos que sólo retrasaban lo inevitable e iban doliendo el corazón a cuentagotas.

Otro final que me sabía de memoria.

Bajo qué designios divinos una nueva vida era capaz de germinar dentro de mi vientre cuando todo se derrumbaba a mi alrededor?

Estabas ocurriendo cuando todo hacía parecer imposible que ocurrieras.

Mi racionalidad había alcanzado a comprender que nada muere y, lo que no había sido capaz de afrontar hacía mucho, estaba siendo puesto en mi camino nuevamente.

Sólo que ahora yo amaba prometerte que íbamos a seguir siendo dos.

Mi momento de honrar un hijo había llegado.

Porque un HIJO es así, con mayúsculas.

Y mientras imaginaba cómo sería tu sonrisa, te cantaba dulces canciones al oído.

Y mientras soñaba cómo sería acariciarte, te contaba que, aún, en los peores momentos, la vida siempre vale la pena.

Y un día, ya no tuve que imaginarte más.

Y ese día, en el preciso instante en que te ví, sentí la auténtica y real dimensión de la felicidad.

Y ya no pude quitarte mis ojos de encima, porque, cada vez que te miro, recuerdo lo que significa el milagro del amor.

Porque eras vos, no podías ser otra.

Porque sos vos. 

Sos toda y amorosamente vos.

Porque en alguna otra dimensión, antes de encarnar en esta vida, nuestras almas pactaron este maravilloso, sublime y único pacto de amor.
Somos madre e hija.

[Liberar]

Hacer que alguien o algo quede libre de lo que lo sometía u oprimía

[Hace doce años me regalabas el más hermoso de los aprendizajes, el de ser mamá. Te amo inmensamente. Feliz cumpleaños!]